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BLOG DE JUAN YÁÑEZ.., quien se complace de tenerlos por aquí...

Así los últimos serán los primeros y el primero el último: Pues muchos serán llamados, pero pocos los elegidos...Mateo 20:1-16

No somos seres humanos pasando por una experiencia espiritual.., somos seres espirituales pasando por una experiencia humana.

miércoles, 17 de enero de 2018

LA VERDAD


APUNTES SOBRE CULTURA

LA VERDAD

La verdad implica siempre una relación entre un sujeto, es decir, una inteligencia, y un objeto, o sea, una realidad. Como tal, la verdad es la analogía del pensamiento con lo real. En este sentido, si tal correspondencia no se da, entonces podemos afirmar que se trata de una proposición falsa.
Esta formulación, debida Aristóteles, mantiene vigencia hasta la actualidad. Santo Tomás de Aquino, por su parte, refería que la verdad era la inteligibilidad del ser y la correspondencia de la mente con la realidad, mientras que, para Kant, la verdad era una perfección lógica del conocimiento.
Sócrates afirmaba que "El hombre es capaz de conocer la verdad, de superar la opinión, elevándose al conocimiento de los conceptos, de lo universal". Tal enunciado parte de su experiencia o sapiencia y lo aplica mediante la “mayeútica”. Esta palabra proviene del griego y significa: «técnica de asistir en los partos, no olvidemos que su madre era partera») es el método aplicado por Sócrates a través del cual el maestro hace que el alumno, quien por medio de la interrogación, va  descubriendo sus propios conocimientos naturales. Sócrates con  este método hace que su interlocutor responda de acuerdo a sus conocimientos y le guía para hacerle ver sus errores  cuando corresponda. De esta manera va evidenciando su interlocutor la verdad. Generalmente los errores de concepto se basan en las costumbres o experiencias. El conocimiento o la verdad, se encuentra en todo individuo, solo que oculta, velada o negada por los prejuicios Según Sócrates la “mayéutica” es una forma de despertar el  conocimiento que se encuentra latente ineludiblemente en el alma y que es necesario descubrirlo.  (fuente Wikipedia)
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Un pensador oriental contemporáneo, llamado RAMANA MAHARSHI (1879-1050) fue un importante maestro espiritual hinduista indio. Pertenecía a la doctrina vedanta adwaita ('no dual', no hay almas y Dios, sino que las almas son Dios). Para conocer su doctrina, nos valemos de una anécdota:
Un hombre vino a Ramana Maharshi y dijo: “He venido de muy lejos, de un lugar de Alemania y he venido a aprender de ti”. Ramana dijo: “Entonces ve a otro lugar porque aquí enseñamos a desaprender. El aprendizaje no es nuestro camino. Ve a otro lugar”.
Pudo haber sido un erudito alemán, pudo haber conocido los Vedas, los Upanishads, pudo haber sido por su aprendizaje que se interesó por Ramana. Leyendo los Upanishads, surge el deseo de encontrar un hombre que sabe. Recorriendo las páginas de los Vedas uno queda encantado, hechizado, magnetizado, hipnotizado. Uno empieza a buscar un hombre que sea el profeta de quien se habla en Los Vedas, un hombre del calibre de los profetas de los Upanishads, un hombre que sabe. Puede haber llegado debido a las escrituras.
Pero tú no conoces al hombre que sabe. Siempre está en contra de las escrituras. Las escrituras te pueden conducir a él, pero te dirá que abandones todas las escrituras, la escalera a través de la cual has venido, te dirá: “¡Tíralas! Ahora que me has encontrado no hay necesidad de los Vedas, de los Upanishads, de los Korans, ¡tíralos! Ahora estoy aquí, vivo”.
Jesús dice: Soy la verdad, no hay necesidad de traer las escrituras aquí. Ramana dice: “Entonces puedes ir a algún otro lugar porque aquí enseñamos a desaprender. Si estás listo para desaprender, quédate aquí. Si has venido a aprender más, entonces éste no es el lugar adecuado. Entonces puedes ir a algún otro lugar, existen las universidades para aprender. Cuando vengas a mí, ven a desaprender. Ésta es una universidad para desaprender, una universidad para crear la no-mente, una universidad donde cualquier cosa que sepas, se eliminará”.
Todo tu conocimiento tiene que ser abandonado y así te conviertes en un ‘estar conociendo’, así consigues  una perfección, una claridad, así tus ojos no se llenan con tesis o teorías, con prejuicios, conceptos, así tus ojos tienen una claridad una claridad absoluta y transparencia, así puedes ver. La verdad ya está ahí. Siempre ha estado ahí.
Ramana Maharshi dice: el conocimiento de sí mismo es algo fácil, lo más fácil que hay. ¡Porque está tan cerca! Ya está ahí, siempre ha estado allí. Sólo una mirada, sólo das la vuelta y ya no eres más un mendigo, y has alcanzado la cualidad de ser emperador, y eres entronizado y eres coronado y eres un rey. Sólo una mirada a tu interior… Pero esto es lo que dicen los sufíes. Ramana es un sufí.
Estoy usando la palabra sufí en el sentido más amplio de la palabra. Buda es un sufí, Jesús es un sufí, Ramana es un sufí. Por sufí quiero decir aquel que está harto de filosofías y ha comenzado a buscar lo real, quien no está satisfecho con la comida sintética y busca el verdadero alimento.
Ramana dice: El conocimiento de sí mismo es algo muy fácil, la cosa más fácil que hay. Pero sólo en contraste con esto, escucha esta frase de Emanuel Kant, un gran filósofo: La metafísica es una llamada a la razón para comenzar de nuevo la más difícil de todas las tareas, es decir aquella del autoconocimiento.
La filosofía lo hace difícil, muy difícil, casi imposible porque la filosofía se aleja cada vez más de ello. Saber de sí mismo no es conocerse, saber de Dios no es conocer a Dios, ¿Cómo puede el “de” ser aquello? Acerca de y de… vas en círculos. Se convierte en imposible.
Entre más listo te vuelvas, más astuto, calculador, ‘de y de’, más y más te extravías. No es un asunto de saber sobre sí mismo: es simplemente un asunto de ir conociendo, de estar consciente, no un asunto de pensar sobre ello sino de centrarse en ello. Al sentarse en silencio en ello, te es revelado.
Ramana está en lo cierto, tiene que estar en lo cierto, él sabe; Emanuel Kant no está en lo cierto, no puede estar en lo cierto; nunca lo encontró. Aunque se esforzó, trabajó duro, tenía una de las inteligencias más agudas de todos los tiempos. De su perspicacia no se puede dudar. Su lógica es perfecta. Pero en lo que se refiere a su visión, él está ciego.
Es como un hombre ciego pensando en la luz, tiene que ser imposible. ¿Cómo puede un hombre ciego pensar en la luz?  
Sucedió que Maharshi Raman se estaba muriendo. El jueves, 13 de abril, un doctor le trajo a Maharshi un paliativo para aliviar la congestión de los pulmones, pero él lo rechazó. “No es necesario, todo estará bien dentro de dos días”, dijo. Y después de dos días, murió.
Al anochecer, Maharshi pidió a los acompañantes que lo sentaran. Ya sabían que cada movimiento, cada toque era doloroso, pero les dijo que no se preocuparan por eso. Sufría de cáncer, tenía cáncer en la garganta, muy doloroso. Incluso beber agua era imposible, comer cualquier cosa era imposible, mover su cabeza era imposible. Aún decir algunas pocas palabras era muy difícil.
Se sentó mientras uno de los asistentes le sostenía la cabeza. Un médico comenzó a darle oxígeno, pero con un movimiento de su mano derecha le indicó que se retirara.
Inesperadamente, un grupo de seguidores sentados en la baranda, fuera de la sala, empezaron a cantar Arunachala-Siva, un bhajan que a Maharshi le gustaba mucho. Le gustaba mucho ese lugar, Arunachala, la colina en donde solía vivir, esa colina se llama Arunachala. Y el bhajan era una alabanza, una alabanza a la colina.
Al escucharlo, los ojos de Maharshi se abrieron y brillaron.  Dio una breve sonrisa de una ternura indescriptible. Del borde de sus ojos rodaron lágrimas de dicha.
Alguien le preguntó: “Maharshi, ¿realmente nos dejas?”.
Era muy duro para él decir, pero aún así pronunció estas palabras: “Ellos dicen que estoy muriendo, pero no me voy. ¿A dónde podría ir? Siempre estoy aquí”.
Una respiración más y se acabó. No hubo ninguna lucha, ni espasmo, ninguna otra señal de muerte: sólo que la siguiente respiración no apareció.Lo que dijo fue de inmensa importancia: “¿A dónde podría ir? Siempre estoy aquí”. No hay un lugar a donde ir. Esta es la única existencia que hay, esta es la única danza que hay, ¿a dónde puede uno ir? La vida viene y va, la muerte viene y va, pero ¿a dónde puede uno ir? Estabas allí antes de la vida.


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viernes, 1 de diciembre de 2017

SÓCRATES, (470-399 a. C.)



LA FILOSOFÍA,  LA MÁS SIMPLE Y SABIA DE LAS CIENCIAS



                                        Sócrates es casi un personaje literario. El protagonista de los inmortales Diálogos Platónicos era viejo y por ello la imaginación occidental representa siempre a Sócrates anciano, a la vez lo sorprende discutiendo incasablemente con otros atenienses en el Ägora, en el gimnasio, en las asambleas populares y a los festines que le convocaban sus amigos aristocráticos. Era por entonces pobre, testarudo e irritante, capaz de convencer a un héroe de la guerra, Laques, de que no sabía que era la valentía, de demostrar al modesto Carmides que ignoraba lo que era la modestia y de beber y hablar sobre el amor en un banquete durante toda la noche y mientras sus contertulios iban cayendo dormidos uno tras otros. La Mayéutica  A excepción de unos cuantos maravillados discípulos. Debía ser tomado por loco por la mayoría porque no obtenía ningún rendimiento económico de su abnegada tarea como educador de la juventud e incluso reprendía duramente a los sofistas que negociaban sobre su saber y vendían a los hijos de los nobles con aspiraciones políticas el arte de la palabra embaucadora.

Sócrates era hijo del escultor Sofrónico y de la comadrona Fernaleta. Aprendió del oficio de su madre el arte el arte de DAR A  LUZ las ideas que el hombre lleva en su interior, a través de examen y el diálogo. Su profunda honestidad y la coherencia de su pensamiento le granjearon la admiración de sus discípulos, entre ellos al célebre Platón y el odio de los sofistas y algunos políticos,   

domingo, 13 de agosto de 2017

LAS ENSEÑANZAS DE BHAGAVAN SRI RAMANA MAHARSHI


Autor: Arthur Osborne
EL SUFRIMIENTO
                                   Uno de los problemas sobre que Bhagavan era interrogado frecuentemente era el sufrimiento. Las preguntas eran particularmente personales más bien que académicas, pues a menudo era la experiencia de la aflicción  la que inducía a la gente a buscar consuelo en él.
El consuelo real llegaba como una influencia silenciosa, pero el solo respondía preguntas teóricas. La respuesta usual era pedirle a quien le interrogaba que averiguase quien es el que sufre, así como pedía al que dudaba que descubriese quien es el que duda; pues el YO (conciencia)  está más allá del sufrimiento, como está más allá de la duda.
Sin embargo a veces, en un nivel más contingente, señalaba  que cuando haga  una persona insatisfecha con su estado de ignorancia y le vuelva hacia la búsqueda del YO es benéfico, y que a menudo es el sufrimiento el medio de hacer esto.

Respuesta del Baghavan a un discípulo sobre el tema del sufrimiento:
                                                  La Bienaventuranza del YO es siempre suya y usted la encontrará si la busca fervorosamente. La causa de su aflicción no está en su vida externa;  está en usted, como su ego. Usted se pone limitaciones y luego realiza una vaga lucha para trascenderla,
Toda la infelicidad se debe al ego. Con éste llega toda su dificultad.
¿De qué vale atribuir  la causa de su aflicción a los acontecimientos  de la vida cuando esa causa está realmente dentro de usted?
¿Qué felicidad  podrá obtener usted de causas ajenas a usted mismo?  Cuando  obtenga eso, ¿cuánto durará?
Si usted negara al ego y lo quemara ignorándolo, usted sería libre. Si lo acepta, él le impondrá  limitaciones y lo lanzará a una vana lucha para trascenderlas. He ahí como el “ladrón” buscó arruinar al rey Janaka.
Ser el  YO que usted es realmente  es el único medio para realizar la Bienaventuranza que es siempre  suya.

Editorial Kier S.A. Buenos Aires

viernes, 24 de marzo de 2017

¿Es el islam una «religión de paz» por su propio nombre?



                                     Al menos 40 versículos del Corán se refieren a la lucha armada, tantos como los que relacionan la yihad o guerra santa con la lucha espiritual

ABC
FRANCISCO DE ANDRÉS
22/03/2017 

En el ritual de manifiestos de rechazo -tras cada atentado terrorista hecho en nombre de Alá- aparecen insistentemente las referencias al islam como «religión de paz». El término árabe que define la religión de Mahoma es rico en matices, pero nadie duda de que «islam» en primer lugar significa «sumisión». Tanto los términos «islam» como «salam» (paz) derivan efectivamente de la misma raíz, pero pocos especialistas consideran que estén relacionados.

Al margen de la disputa etimológica, la presencia reiterada en el Corán del deber musulmán de hacer la yihad, la guerra santa, plantea interrogantes tanto históricos como teológicos. Al menos 40 versículos del libro sagrado son explícitos en el llamamiento a la violencia armada en nombre de Alá. Hay otros tantos que se refieren a la yihad en términos similares a los de la ascética cristiana: como lucha espiritual contra las bajas pasiones. Pero esta interpretación de la yihad es solo patrimonio de la corriente sufí del islam, muy minoritaria e históricamente perseguida por su calificación de herética.

A tenor de los estudios sociológicos, la sensibilidad de la comunidad musulmana contemporánea opta, de modo mayoritario, por la versión espiritualista de la yihad. Esa percepción se estrella contra el muro de la doctrina apuntalada desde el siglo XI (época en la que se cerraron definitivamente las puertas de la interpretación del Corán) por las corrientes suní y chií.


La posibilidad, o necesidad, de interpretar el libro sagrado choca, en el caso de la yihad, contra otro principio del islam: la «doctrina de la abrogación», que establece que los pasajes del Corán últimos abrogan los primeros en caso de contradicción. Según esa doctrina, que tampoco tiene unanimidad entre los ulemas, los versículos últimos dictados por Mahoma (los de Medina) son los belicosos, por lo que quedarían abrogados los primeros, los de La Meca, heraldos de la paz. Resultado: no existe, ni se espera a corto plazo, un documento global del islam que descalifique el recurso a la violencia en nombre de Alá.

jueves, 20 de octubre de 2016

En memoria de nuestra querida Sasha*


Autor: Isaac Eleazar Yáñez

                                                   Yace en la misma casa donde se escribió la historia de su vida, ahora en un rincón destinado a sus memorias, vigilante y determinada, complementó nuestra existencia por más de 14 años. Hoy, la familia, que es de Sasha, lloramos su partida.
El tiempo se detuvo para ofrecerle el último Adiós, ella nos miró con sus vivos ojos, como entendiendo que el final se acercaba. La pude cargar entre mis brazos, la pude posar donde hoy descansa.
Abrazo a mis padres, a mi hermana, juntos vivimos este duelo.
Estoy profundamente agradecido por cada instante, por la lealtad, por la compañía que nos regaló.
Murió al rededor de quienes la amamos, y quienes la amaremos por el resto de nuestra vidas.

En memoria de nuestra querida Sasha*

domingo, 1 de mayo de 2016

PENSAMIENTOS DE SHRI RAMANA MAHARSHI





Una enfermedad nunca se cura por el sólo hecho de pronunciar el nombre de la medicina.
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Cuando se desconoce la Verdad Suprema el estudio del saber es inútil; pero cuando se realiza la Verdad Suprema, el estudio del saber es ya también inútil.
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El iluminado que está feliz en la paz del ser, sin pensar en el pasado y el futuro, y que es como un mero testigo del presente es el que ha cortado sus ataduras.
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Cuando nos dirigimos hacia el interior de la mente, Dios se manifiesta como la conciencia interior.
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La hermandad basada en la igualdad es la meta suprema de la sociedad humana.
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El iluminado que se ha convertido en uno con la consciencia suprema inmutable, como un río que se ha convertido en uno con el mar, no tiene que volver a nacer en un cuerpo.
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Un hombre liberado sigue siendo feliz sin que le afecten las falsas apariencias, mientras que el hombre ignorante sigue sintiéndose miserable.
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La liberación consiste en de deshacerse de la falsa ilusión de que no estamos liberados.
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La liberación es nuestra verdadera naturaleza. No es algo nuevo que se pueda obtener. Lo que es nuevo no puede ser eterno. Por lo tanto no hay necesidad de dudar de si llegaremos o no al Ser.
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La liberación es el cese de todos los pensamientos y de la actividad mental. Los pensamientos son como burbujas sobre la superficie del mar.
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Un maestro realizado puede enviar oleadas de influencia espiritual hacia mucha gente. Sin embargo, puede estar en una cueva manteniendo un silencio total.
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La meditación consiste en adherirse a un pensamiento. Ese pensamiento único mantiene lejos a los otros pensamientos; la distracción de la mente es un signo de su debilidad; mediante la meditación constante se va haciendo fuerte.
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La meditación depende de la fuerza de la mente. Debe ser incesante, incluso cuando uno se dedica a trabajar.
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Cuando uno hace que la mente se adhiera a un pensamiento, la mente se convierte en una roca firme y la energía se conserva.
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La mente es la consciencia, que tiene limitaciones. Somos originalmente ilimitados y perfectos. Más tarde adquirimos limitaciones y nos convertimos en mente.
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Uno nunca puede encontrar la mente a través de la mente. Hay que ir más allá de ella y encontrase con que no existe.
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Cuando la mente no tiene a lo que aferrarse, se vuelve inerte.
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No hay que renunciar a la vida cotidiana; se puede meditar y seguir cumpliendo las obligaciones mundanas, así fluirá la Energía incluso cuando estés absorto en el trabajo, pues en el mismo espíritu que meditas así manifestarás tus actividades. De este modo, tu actitud hacia las personas, los objetos y los acontecimientos cambiará gradualmente. Tus acciones se acompasarán a tus meditaciones. A lo que hay que renunciar totalmente es al egoísmo que nos liga al mundo; renunciar al falso ego es la auténtica renunciación.
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Yo no soy mi cuerpo; soy más. Yo no soy mi habla, mis órganos, el oído, el olfato; eso no soy yo. La mente que piensa tampoco soy yo. Si nada de eso soy, entonces ¿quién soy? La conciencia que permanece, eso soy.
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Si quieres ayudar al mundo ayúdate a ti mismo.
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No te preocupes por Dios; preocúpate por ti mismo..
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El pensamiento sobre el yo es la suma total de todos los pensamientos. Es el origen del yo lo que hay que investigar.
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El yo es como una perla. Para saber lo que es hemos de bucear en el más profundo silencio, cada vez más adentro hasta que se alcance.
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El yo es conocimiento puro, puro deleite, donde no hay dualidad.
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El yo no se puede encontrar en los libros. Hemos de hallarlo por nosotros mismos, dentro de nosotros mismos.
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La mente es sólo un conjunto de pensamientos. Las ideas tienen su raíz en el pensamiento del yo. Quien investiga el verdadero Yo goza de la bendición de la gloria.

sábado, 26 de marzo de 2016

El papa Francisco llamó a no caer en la trampa de ser cristianos sin esperanza


Francisco preside la Vigilia Pascual, un tradicional rito en Semana Santa .Foto:AFP

                                           Durante la Vigilia Pascual, el Sumo Pontífice encabezó uno de los ritos de Semana Santa, donde hizo una autocrítica de la Iglesia

Elisabetta Piqué LA NACION SÁBADO 26 DE MARZO DE 201616:54

CIUDAD DEL VATICANO.- "Que el Señor nos libre de esta terrible trampa de ser cristianos sin esperanza, que viven como si el Señor no hubiera resucitado y nuestros problemas fueran el centro de la vida".

Este fue el pedido que hizo el papa Francisco hoy durante la vigilia pascual, la celebración más importante del año litúrgico, que evoca el pasaje de la muerte a la vida de Jesús. En esta ceremonia, también llamó a decirle "no" a los miedos y a la oscuridad y advirtió a la propia Iglesia católica que si no sale de sí misma y no "resucita" en su corazón alegría y amor "seremos un organismo internacional con un gran número de seguidores y buenas normas, pero incapaz de apagar la sed de esperanza que tiene el mundo".

Como es tradición, el rito, muy sugestivo, comenzó en el atrio de la Basílica de San Pedro, donde el Papa bendijo el fuego y el cirio pascual. El templo se encontraba entonces a oscuras. El cirio prendido, llevado en procesión, con el que se fueron prendiendo las velas de los fieles, simbolizaba el ingreso de la luz, Cristo, del mundo de las tinieblas del pecado, la soledad y la muerte.

En una ceremonia en látin, con lecturas en español, inglés e italiano, y bellísimos cantos, en su sermón Francisco se centró en la figura de Pedro, que como otros apóstoles no creyó el testimonio de las mujeres que aseguraban que Cristo había resuscitado.

"Es más, lo tomaron por un delirio", destacó. "Hay en cambio un detalle que marca un cambio: Pedro no se quedó sentado a pensar, no se encerró en casa como los demás. No se dejó atrapar por la densa atmósfera de aquellos días, ni dominar por sus dudas; no se dejó hundir por los remordimientos, el miedo y las continuas habladurías que no llevan a nada. Buscó a Jesús, no a sí mismo. Prefirió la vía del encuentro y de la confianza y, tal como estaba, se levantó y corrió hacia el sepulcro, de dónde regresó admirándose de lo sucedido", dijo.

Comienzo de la resurrección

"Este fue el comienzo de la «resurrección» de Pedro, la resurrección de su corazón. Sin ceder a la tristeza o a la oscuridad, se abrió a la voz de la esperanza: dejó que la luz de Dios entrara en su corazón sin apagarla", agregó. Tras destacar que lo mismo había pasado con las mujeres, conectó esos hechos del Evangelio con la actualidad del mundo de hoy.

El Papa sostiene una vela durante la ceremonia en Roma
El Papa sostiene una vela durante la ceremonia en Roma.Foto:EFE
"Al igual que Pedro y las mujeres, tampoco nosotros encontraremos la vida si permanecemos tristes y sin esperanza y encerrados en nosotros mismos. Abramos en cambio al Señor nuestros sepulcros sellados, para que Jesús entre y lo llene de vida", pidió. "Continuamente vemos, y veremos, problemas cerca de nosotros y dentro de nosotros. Siempre los habrá, pero en esta noche hay que iluminar esos problemas con la luz del Resucitado. No permitamos que la oscuridad y los miedos atraigan la mirada del alma y se apoderen del corazón, sino escuchemos las palabras del Ángel: el Señor «no está aquí. Ha resucitado». Él es nuestra mayor alegría, siempre está a nuestro lado y nunca nos defraudará", aseguró.

Francisco explicó que es justamente lo anterior el fundamento de la esperanza, "que no es simple optimismo, y ni siquiera una actitud psicológica o una hermosa invitación a tener ánimo". "La esperanza cristiana es un don que Dios nos da si salimos de nosotros mismos y nos abrimos a él. Esta esperanza no defrauda porque el Espíritu Santo ha sido infundido en nuestros corazones. El Paráclito no hace que todo parezca bonito, no elimina el mal con una varita mágica, sino que infunde la auténtica fuerza de la vida, que no consiste en la ausencia de problemas, sino en la seguridad de que Cristo, que por nosotros ha vencido el pecado, la muerte y el temor, siempre nos ama y nos perdona. Hoy es la fiesta de nuestra esperanza, la celebración de esta certeza: nada ni nadie nos podrá apartar nunca de su amor", sentenció.

Y fue más allá. "El Señor está vivo y quiere que lo busquemos entre los vivos. Después de haberlo encontrado, invita a cada uno a llevar el anuncio de Pascua, a suscitar y resucitar la esperanza en los corazones abrumados por la tristeza, en quienes no consiguen encontrar la luz de la vida. Hay tanta necesidad de ella hoy", admitió.

Seguridad como nunca se vio

Las 7000 personas presentes en la Basílica lo escuchaban en silencio, en un clima de gran recogimiento. Para llegar hasta allí, como sucedió ayer para el Vía Crucis, los fieles debieron sortear varios controles y detectores de metales, en una ciudad militarizada como nunca en una Semana Santa blindada por temor a atentados después del horror de Bruselas.

Como es tradición, en la segunda parte de la liturgia Francisco bautizó, confirmó y dio la primera comunión a doce adultos, ocho mujeres y cuatro hombres: seis oriundos de Albania, dos de Corea del Sur y uno de Italia, Camerún, India y China. La más joven del grupo, la china Li Zhang, de 22 años, decidió bautizarse con el nombre de Mary Stella.


Mañana, luego de celebrar la misa de Pascua en la Plaza de San Pedro, Francisco impartirá desde el balcón central de la Basílica de San Pedro la "bendición urbi et orbi", a la ciudad y al mundo.